Pedí silencio al mundo para ver si así
eras capaz de encontrarme, pensé que si nadie te molestaba lograrías espantar tus fantasmas y así seguro que volvías a mi. No se
cuantas veces imaginé al cartero llamando a mi puerta para
entregarme todas tus cartas hablando de aquel futuro que nos
prometimos y adjuntando esa fotografía que nunca nos hicimos.
Conseguí que el ruido de la ciudad
cesase, te llamaba y no tuve respuesta. Mi llanto inundó las calles,
barcas llenas de historias iban a la deriva y sin ningún control,
fueron a encallarse a saber por que parte de la ciudad. Ya no era
capitan de mi recuerdo, todo se perdía, todo.
Ahora, cuando las lágrimas se han
secado, encuentro azarosamente restos de vida que a veces me hacen
sonreir y otras... siento como las astillas del recuerdo se clavan en
mi.
Yo no miraba hacia adelante porque creí
querer al pasado... ahora siento el presente y me enamoro del futuro,
prometiéndome que nunca más recordaré como me enamoré de ti,
firmo no haberte querido nunca y sentencio mi vida a una
nueva sonrisa.
Y así es como se consigue un ¡OLE! killo,me ha encantado, simplemente genial!
ResponderEliminarNo se debe negar un pasado
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