sábado, 21 de septiembre de 2013

Pasear lo vivido


Hola hermano, ¿cómo estás esta mañana?

Vamos a dar nuestro paseo de cada día. Como siempre iremos al centro, atravesaremos todo el barrio, éste que nos vió crecer y pasaremos por delante del quiosco de Luís, que parece que no pasan los años por él. Después cogeremos la avenida, aquella que está llena de palmeras y veremos a los niños juegar en el parque de la feria, allí donde conociste al amor de tu vida. Que por cierto, te la presenté yo, diría que me debes un gran favor...

Dejaremos atrás el parque y si el calor no nos ha derritido, seguiremos recto llegando a la calle larga, a las puertas del centro, allí hemos quedado con ese joven, Ismael. Te dará dos besos, sabes que es muy cariñoso y vendrá con su hijo que se llama como tú, Adrian, el pequeño es “clavaito” a su abuelo.

Para descansar un rato, tomaremos algo en el bar que hace esquina, allí estarán "los de siempre", hablando con nostalgia de nuestra infancia, de las aventuras, de los amigos que se fueron y de los amores que perdimos...

En aquel bar trabaja Laura, que es la viva imagen de su madre que la pobre en paz descanse. Ella, saldrá de la cocina para traernos nuestra “tapita” favorita, croquetas de la casa. Al probarlas, Laura esperará tu aprobación y tú, ¿qué le dirás?.
***

Ya de vuelta a casa, Adrian sonreia mirando a su hermano, tenía mejor cara que esta mañana. Paró su marcha y dijo “le salen las croquetas igual que a su madre, ese sabor no puedo olvidarlo... gracias hermano por recordarme mi vida cada día”.

* Para todas aquellas personas con Alzheimer y para aquellos que están a su lado, luchando para vencer a su olvido.

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