Jaime y Clara son amigos desde hace
mucho tiempo o eso me dijeron aquellos que los conocen. Tatiana es la
mejor amiga de Clara, pero se pone algo celosa cuando ella prefiere
la compañía de Jaime a la suya, le cae bien pero cuando él llega,
Clara sólo tiene ojos para él.
Se conocen desde hace 3 años pero yo
creo que se conocen desde hace más tiempo, porque a los 15 minutos
de conocerlos Clara ya agarraba de la mano a Jaime y eso es muy raro
me dijo Tatiana.
Supongo que se enamorarían a primera
vista, Cupido siempre anda por ahí lanzando flechas Tatiana y seguro
que a ti algún día te pasará lo mismo. Ella lo negaba, no parecía
entenderlo o más bien no quería entenderlo, decía que Jaime es muy
pequeño, tenía casi cuatro años menos que su amiga y además,
Clara siempre le decía que le gustaba un chico que vive en su
barrio...
Seguimos hablando allí en el parque
cuando llegó nuestro “Romeo”, no tardó ni un instante en buscar
a su “Julieta”. La llamaba, necesitaba de su compañía, quería
sentirla y extendiendo la mano preguntaba continuamente "¿dónde te
has metido Clara?" . Tatiana frunció el ceño y me contó muy bajito “lo ves, siempre quiere
estar con ella, no ha perdido tiempo ni para saludarnos, ya está
preguntando por ella...”
Era la primera vez que vi a Jaime y la
verdad que me quedé alucinado al ver como deseaba que llegase su
compañera, está “loquito” por aquella chica y es que el amor es
eterno mientras dura...
No tardo mucho en llegar, Clara sin
decir nada, se puso a su espalda, le tapó los ojos y le dijo al oído
“aquí estoy, dame la mano y ven conmigo”. Después de una
sonrisa enorme de aquellos dos tortolitos se fueron corriendo de la
mano, dando gritos de alegría e ignorando la presencia de la buena
de Tatiana que allí se quedó sentada a mi lado, reflejando el dolor
en su rostro al sentirse desplazada.
Bastante enfurecida me decía “no lo
entiendo, no se da cuenta que Jaime es muy pequeño y
además ¡es ciego!, le miente cuando le dice guapa y esas cosas”.
De verdad que no se que le pasa a Clara...
Tatiana sabía que su comentario había
sido bastante inapropiado y empezó a llorar...
Pobre Tatiana, intenté consolarla con
mi abrazo, había hecho tanto por su amiga, se había
peleado innumerables veces en el colegio para defenderla, había
mandado a callar a grandes y mayores pidiendo respeto por su amiga, perdió horas de juego para ayudar a su amiga en los deberes que tanto le costaba, Tatiana
siempre le dió su mano para que Clara pudiera seguir adelante... y ahora parecía como si la hubiera olvidado.
Cuando ya nos ibamos, volvían los
enamorados todavía agarrados de la mano. La verdad que forman una
pareja entrañable, ella alta y “canija”, él bajito y
“regordete”. Allá van con sus sonrisas, ella le cuenta el mundo
que les rodea con cada uno de sus detalles, él le regala caricias y
le dice todo aquello que es invisible a los ojos, como ya nos enseñó
“el Principito”.
Clara al vernos se acercó, beso a su
amiga, le dijo “gracias” y volvió con Jaime. Tatiana volvió a
llorar, pero esta vez en sus lágrimas había alegría, veía que su
amiga por fin no dependía de ella, que podía valerse por si misma y
había ganado la batalla al colegio, a todos aquellos que se reían
de ella, que nunca confiaron en ella por considerarla discapacitada...
...y nunca como persona...